RESUMEN DEL PROGRAMA

El programa «Crecer en Salud» es un programa de prevención de adicciones diseñado para ser realizado en centros educativos de enseñanza secundaria, formación profesional de grado básico o entidades que trabajan con adolescentes. Las sesiones son realizadas por el profesorado del centro y por personal externo. Los materiales del programa están disponibles en esta web.
La implementación de programas de prevención de adicciones dirigidos a menores es crucial debido a las graves consecuencias asociadas con el consumo de drogas y las adicciones comportamentales, como el juego patológico en estas edades. Estas conductas provocan dependencia y generan problemas sanitarios, legales, escolares, familiares y sociales. Anualmente, miles de jóvenes requieren tratamiento, subrayando la urgencia de intervenciones eficaces en prevención. El consumo de drogas es una de las principales causas de muerte a medio y largo plazo, comenzando su consumo en gran medida en la adolescencia. Los efectos incluyen deterioro de capacidades cognitivas y motoras, aumento del riesgo de accidentes y comportamientos violentos. La prevención es esencial para retrasar la iniciación en el consumo de sustancias y comportamientos adictivos, reduciendo así la probabilidad de desarrollar adicciones.
Los factores de riesgo y protección juegan un papel crucial en la prevención de adicciones. Los factores de riesgo incluyen influencias sociales, del entorno y familiares, accesibilidad y disponibilidad de sustancias, factores psicológicos, percepción social, educación insuficiente y leyes ineficaces. Específicamente, la presión de grupo, la facilidad de acceso y los problemas familiares son determinantes clave en el consumo de tabaco, alcohol y cannabis entre adolescentes. Por otro lado, los factores de protección abarcan la autoestima, habilidades de afrontamiento, educación sobre sustancias, metas personales, resiliencia, habilidades sociales y un clima familiar y escolar positivo. Estos factores ayudan a resistir las presiones para consumir sustancias y fomentan un desarrollo saludable y equilibrado.
El programa de prevención de adicciones se basa en varios modelos teóricos clave que explican cómo las personas desarrollan conductas y cómo pueden ser modificadas. La Teoría del Aprendizaje Social de Albert Bandura destaca la importancia de la observación, la imitación y el refuerzo en el aprendizaje de conductas, enfatizando el papel de la autoeficacia en la adopción de comportamientos saludables. La Teoría de Ecología Social de Urie Bronfenbrenner aborda cómo las interacciones entre múltiples niveles de influencia (microsistema, mesosistema, exosistema y macrosistema) afectan el comportamiento y el bienestar. El Modelo de Desarrollo Social de Hawkins y Catalano se centra en cómo las oportunidades de participación, las habilidades, el reconocimiento y los vínculos afectivos influyen en el desarrollo de comportamientos prosociales. Finalmente, la Teoría de la Autoeficacia de Bandura resalta la importancia de las creencias en la capacidad propia para manejar situaciones y resistir la tentación de consumir sustancias. Estos modelos proporcionan una base sólida para diseñar intervenciones efectivas en la prevención de adicciones.
El programa de prevención de adicciones está dirigido a estudiantes de Enseñanza Secundaria Obligatoria y Formación Profesional de Grado Básico, con edades entre 12 y 17 años. Esta etapa crucial implica cambios físicos, cognitivos, emocionales y sociales significativos. Los adolescentes experimentan el inicio de la pubertad, desarrollo del pensamiento abstracto, fluctuaciones emocionales y redefinición de relaciones familiares y sociales. Estos cambios los hacen vulnerables a comportamientos de riesgo, incluidos el consumo de sustancias. Factores como la presión de grupo, la búsqueda de identidad, y la necesidad de independencia incrementan esta vulnerabilidad. El programa se adapta a diferentes contextos socioeconómicos, ofreciendo apoyo psicosocial y educación preventiva según las necesidades específicas de cada grupo.
El programa de prevención de adicciones tiene como meta promover el desarrollo saludable y resiliente de los menores, proporcionando conocimientos y habilidades para decisiones informadas. Los objetivos generales son prevenir el consumo de drogas, retrasar la edad de inicio y reducir el consumo en quienes ya han comenzado. Los objetivos específicos incluyen aumentar el conocimiento sobre adicciones, desarrollar habilidades de afrontamiento y manejo del estrés, fomentar la toma de decisiones y la resistencia a la presión de grupo, y mejorar la comunicación familiar. Los resultados esperados son que el 75% de los participantes mejoren en estos aspectos. Se utilizarán cuestionarios, pruebas y encuestas para evaluar el progreso y medir la efectividad del programa.
El programa de prevención de adicciones utiliza diversos métodos y técnicas de intervención enfocados en fortalecer habilidades personales y sociales, proporcionar información objetiva y aumentar la resiliencia de los adolescentes. Se incluyen técnicas como el entrenamiento en habilidades personales (comunicación efectiva, asertividad, resolución de conflictos) utilizando role playing, círculos de diálogo, silla caliente y negociación colaborativa. Además, se emplean cuestionarios sencillos, debates guiados y mesas redondas tras la visualización de vídeos informativos. También se promueve el análisis crítico de medios y la creación de anuncios preventivos para desarrollar el sentido crítico. El programa incorpora talleres interactivos para familias, utilizando videoconferencias para fomentar la comunicación positiva y la resolución de conflictos.
Incorporar una perspectiva de género en la prevención de adicciones es esencial para abordar de manera efectiva y equitativa las diferencias en cómo los adolescentes experimentan y enfrentan las adicciones. Las tasas y patrones de consumo varían significativamente entre géneros, con factores de riesgo específicos, como la imagen corporal y la presión de grupo. Los estereotipos de género influyen en el comportamiento de consumo, y existen diferencias neurobiológicas que afectan la metabolización de sustancias.
El programa de prevención de adicciones será desarrollado por el profesorado de los centros educativos en colaboración con especialistas externos. Dichos especialistas deben tener una formación académica en educación, psicología, trabajo social, sanidad o áreas afines, y contar con cursos de especialización en prevención de adicciones y salud mental juvenil. Además, deben poseer conocimientos en teorías y prácticas de prevención, experiencia previa trabajando con adolescentes y habilidades pedagógicas para diseñar y ejecutar sesiones educativas. Se valoran habilidades de comunicación, empatía, paciencia, creatividad e integridad ética, así como la capacidad de trabajar en equipo y de organizar actividades de manera efectiva.
La implementación del programa de prevención de adicciones en centros educativos cuenta con diversos recursos esenciales para su eficacia. El equipo humano está compuesto por psicólogos y educadores sociales con amplia experiencia en prevención de adicciones. Una persona que coordina y supervisa al equipo y actúa como enlace con centros educativos y entidades sociales, asegurando coherencia y colaboración. Los recursos tecnológicos incluyen plataformas para videoconferencias familiares, página web, ordenadores y vídeos didácticos. Material escrito en forma de fichas, que facilitan el aprendizaje activo. La movilidad del equipo se garantiza con coches propios y la financiación adecuada permite la dedicación necesaria de los profesionales. Esta combinación de recursos asegura un entorno propicio para el éxito del programa.
El programa de prevención de adicciones se fundamenta en una estrecha coordinación y colaboración con diversos servicios y programas municipales, así como otros organismos y entidades que trabajan en este ámbito, lo que es crucial para garantizar su éxito y eficacia. Esta colaboración asegura un enfoque integral y multidisciplinar para abordar el problema de las adicciones.
El Plan Municipal de Prevención de Adicciones del Ayuntamiento de Cartagena proporciona el marco estratégico y el apoyo necesario para la implementación del programa. La Oficina Técnica del PMAD será la única responsable de lanzar la oferta educativa a los Centros de Secundaria, basándose en criterios técnicos y de viabilidad presupuestaria. La difusión del programa se realizará desde esta Oficina Técnica a través de correo electrónico y a través de la web municipal se indicará el trámite y el enlace a la sede electrónica municipal para formalizar la solicitud.
La puesta en marcha del programa de prevención de adicciones con un horizonte temporal de cuatro años es un proceso estructurado y meticuloso, diseñado para abordar de manera efectiva las distintas formas de adicción entre los adolescentes. El programa se implementará en los centros educativos del municipio y se desarrollará en fases anuales específicas, cada una centrada en un tipo particular de adicción.
Evaluación inicial
Antes de iniciar el programa, se realizará una evaluación previa para conocer la situación actual de los adolescentes respecto a sus conocimientos y actitudes frente al consumo de drogas y comportamientos potencialmente adictivos. Se utilizará un grupo control de similares características para garantizar la validez de los datos. Esta evaluación inicial permitirá diseñar intervenciones más precisas y adaptadas a sus necesidades. Además, servirá como referencia para comparar con las evaluaciones sucesivas de forma longitudinal y medir la efectividad del programa a lo largo del tiempo.
Primer Año: Prevención del Consumo de Tabaco y Otras Formas de Fumar
El primer año del programa se centrará en la prevención del consumo de tabaco y otras formas de fumar y estará dirigido al alumnado de 1º de ESO. Este módulo anual se desarrollará a lo largo de 12 semanas en los centros educativos. Se utilizarán métodos interactivos y educativos para informar y sensibilizar a los estudiantes sobre los riesgos asociados con el tabaco y los vapers, analizar la publicidad y desarrollar habilidades para resistir la presión de grupo. Además, se llevarán a cabo sesiones de formación con las familias para involucrarlas en el proceso preventivo. La duración total del programa anual será de 16 semanas, incluyendo la evaluación de proceso para ajustar y mejorar la intervención en tiempo real. Cada grupo recibirá tres sesiones de una hora de duración cada una. Las dos primeras a cargo de su profesor-tutor con ayuda de los materiales del programa y la tercera a cargo de especialistas en prevención de adicciones de Acción Familiar.
Evaluación de proceso (I)
Tras haber realizado las actividades anuales, se realizará una evaluación de proceso. Dicha evaluación se centra en las reacciones de los participantes y la calidad de la intervención, incluyendo cuestionarios de satisfacción y análisis de datos cuantitativos y cualitativos.
Segundo Año: Prevención del Consumo de Alcohol
El segundo año se repetirá el esquema del programa anual, esta vez enfocado en la prevención del consumo de alcohol y se dirigirá al alumnado de 2º de ESO. Nuevamente, el programa se desarrollará durante 12 semanas en los centros educativos, seguido de una evaluación de proceso y sesiones de formación familiar, completando un total de 16 semanas. Se enseñará a los estudiantes cómo afecta el alcohol al organismo y a las conductas. Aprenderán cómo actuar ante una emergencia y desarrollarán habilidades sociales para aprender a iniciar una relación de amistad, cómo integrarse en un grupo y se promoverán las actividades de tiempo libre saludable. Como el año anterior, cada grupo recibirá tres sesiones de una hora de duración cada una. Las dos primeras a cargo de su profesor-tutor con ayuda de los materiales del programa y la tercera a cargo de especialistas en prevención de adicciones de Acción Familiar.
Evaluación de proceso (II)
Tras haber realizado las actividades anuales, se realizará una evaluación de proceso. Dicha evaluación se centra en las reacciones de los participantes y la calidad de la intervención, incluyendo cuestionarios de satisfacción y análisis de datos cuantitativos y cualitativos.
1ª Evaluación de resultados
Al final del segundo año, se realizará la primera evaluación de resultados para medir la consecución de los objetivos del programa hasta el momento y realizar comparaciones con el grupo control para conseguir una validez adecuada de los datos.
Tercer Año: Prevención del Consumo de Cannabis
En el tercer año, el programa se enfocará en la prevención del consumo de cannabis y estará dirigido al alumnado de 3º de ESO y 1º de FP de Grado Básico. Se seguirá el mismo formato de 12 semanas de intervención educativa en los centros, complementado con una evaluación de proceso y sesiones de formación para las familias, sumando 16 semanas en total. Este enfoque permitirá a los estudiantes entender los riesgos específicos asociados con el cannabis, saber afrontar el malestar psicológico y el estrés de forma saludable y tomar decisiones informadas. Al igual que en años anteriores, cada grupo recibirá tres sesiones de una hora de duración cada una. Las dos primeras a cargo de su profesor-tutor con ayuda de los materiales del programa y la tercera a cargo de especialistas en prevención de adicciones de Acción Familiar.
Evaluación de proceso (III)
Tras haber realizado las actividades anuales, se realizará una evaluación de proceso. Dicha evaluación se centra en las reacciones de los participantes y la calidad de la intervención, incluyendo cuestionarios de satisfacción y análisis de datos cuantitativos y cualitativos.
Cuarto Año: Prevención del Juego con Apuestas
El cuarto y último año del programa anual abordará el tema del juego con apuestas, que estará dirigido al alumnado de 4º de ESO y 2º de FP de Grado Básico. Al igual que en años anteriores, el programa se llevará a cabo en un formato de 12 semanas de intervención, seguido de una evaluación de proceso y formación familiar, completando 16 semanas. Este módulo se centrará en los riesgos del juego con apuestas, cómo detectar las señales de alarma ante un posible problema de ludopatía, desarrollar habilidades para tomar decisiones, negociar, expresar sentimientos y resolver conflictos de forma adecuada, ayudando a los jóvenes a tener sentido crítico y criterio propio a la hora de tomar decisiones en sus vidas. De la misma forma que en años anteriores, cada grupo recibirá tres sesiones de una hora de duración cada una. Las dos primeras a cargo de su profesor-tutor con ayuda de los materiales del programa y la tercera a cargo de especialistas en prevención de adicciones de Acción Familiar.
Evaluación de proceso (IV)
Tras haber realizado las actividades anuales, se realizará una evaluación de proceso. Dicha evaluación se centra en las reacciones de los participantes y la calidad de la intervención, incluyendo cuestionarios de satisfacción y análisis de datos cuantitativos y cualitativos.
2ª evaluación de resultados
Al término del cuarto año, se llevará a cabo una segunda evaluación de resultados. Teniendo como referencia los datos recogidos en la evaluación inicial y en la primera evaluación de resultados se podrá realizar un análisis de los efectos acumulados del programa de forma longitudinal. En estas evaluaciones se compararán los datos con un grupo control de características similares para asegurar la precisión y validez de los resultados.
Evaluación de impacto
También se realizará una evaluación de impacto, que busca no solo la consecución de los objetivos planteados, sino también una comprensión más amplia de los efectos del programa. Esto incluye la sostenibilidad de los resultados, el impacto indirecto, la eficiencia de los recursos utilizados, la satisfacción de los participantes, la fidelidad de la implementación y las implicaciones para futuras políticas y prácticas. Al abordar estos aspectos, se puede obtener una visión completa y precisa del impacto del programa y hacer recomendaciones informadas para futuras intervenciones.
En Acción Familiar, el programa de prevención de adicciones se guía por principios éticos fundamentales. Cumplimos con todos los requisitos legales y respetamos los derechos y la autonomía de los participantes, asegurando que la participación sea voluntaria y basada en el consentimiento informado. Proporcionamos beneficios reales a los adolescentes mediante actividades basadas en evidencia, evitando cualquier daño, exclusión o estigma. Mantenemos la confidencialidad de los datos y adaptamos las intervenciones a las necesidades individuales. Además, involucramos activamente a los participantes en el desarrollo y evaluación del programa, fomentando un entorno seguro y acogedor que respeta sus decisiones y perspectivas.
La difusión de los resultados del programa de prevención de adicciones es esencial para aumentar la transparencia, la confianza del público y demostrar la eficacia del programa. Se utilizarán diversos medios, como radio, televisión, prensa local, redes sociales, sitios web, folletos, carteles y reuniones comunitarias, adaptando el mensaje al público objetivo. La colaboración con instituciones locales y la participación en eventos públicos también serán clave para informar a la comunidad. Esta estrategia continua permite ajustar y mejorar el programa, asegurando que la comunidad esté bien informada y comprometida con las iniciativas de prevención, promoviendo una cultura de salud y bienestar.
El mantenimiento y la mejora continua del programa de prevención de adicciones son esenciales para asegurar su eficacia y relevancia a lo largo del tiempo. Esto implica realizar evaluaciones periódicas para identificar áreas de mejora y adaptar las intervenciones a las necesidades cambiantes de los adolescentes. La retroalimentación de los participantes, profesores y familias se utiliza para ajustar los contenidos y metodologías del programa. Además, es crucial mantenerse actualizado con las últimas investigaciones y prácticas en prevención de adicciones, incorporando nuevas estrategias basadas en evidencia científica. La formación continua del equipo de profesionales garantiza que estén equipados con las mejores herramientas y conocimientos para llevar a cabo el programa de manera efectiva. Este enfoque dinámico y adaptativo permite responder a los desafíos emergentes y maximizar el impacto positivo del programa en la salud y el bienestar de los jóvenes.
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